Estar con él... es como subir a una montaña rusa,
nunca he estado en una, pero la mecánica es muy fácil.
Subes lento, bajas de golpe y antes de recuperarte ya estas subiendo.
Imagino el movimiento del estómago.
Asà me pasa, a veces pienso que nuestra historia acabó, pero tenemos contacto de nuevo.
Es como si cerráramos un capitulo y luego, individualmente, tramamos como comenzar uno nuevo. Inconscientemente.
Cuando volvemos a estar juntos siempre regresa esa sensación en el estómago, me pongo nerviosa, me tiemblan las piernas, me quedo trabada...
Pero él esta ahà para salvarme,
aparte de ser el culpable de mi caÃda,
sabe cómo ponerme al cien
y hacerme sentir que sigo en el aire.
Solo necesita tomar mi mano,
como la última vez que nos vimos,
mirarme como solo él sabe
y llevarme a caminar a su lado...
O abrazarme fuerte
y dejarme acurrucar en su pecho e inspirar su aroma.
No necesita ni una palabra para hacerme sentir bien,
pero cuando su otro yo se lo propone
tampoco la necesita para herirme.
Es como un sueño y una pesadilla, pero nunca quiero despertar.
Justo ahora estoy en la cima, detenida,
ya hace un rato que subÃ
y parece que aun tardare en bajar,
estoy inmovilizada y se siente bien.
Tengo las señales suficientes
para creer que nuestra historia no lleva más de la mitad escrita,
y tengo fuerzas para luchar...
Todo el él y con él me da fuerzas,
cada golpe en la cabeza cuando estamos juntos,
cada mirada,
cada platica...
Somos las personas correctas en el primer vagón de la montaña rusa,
vamos andando por ahÃ,
hasta encontrar nuestra colina perfecta...