Putín
- Brenda Venegas
- 10 oct 2020
- 3 Min. de lectura
Intento escribir palabras que logren demostrar como me siento
pero no hay mejor manera de entenderlo
que ver mi sonrisa hoy,
que sentirte un manojo de nervios.
No hay mejor manera de sentirlo
que siendo yo, pero no te lo estoy pidiendo
porque me encanta ser yo en este momento.
¿De que manera puede ser el reencuentro entre él y yo sino perfecto?
Es tarde, entiendes? Tarde! Ya son las diez, vas media hora atrasada Brenda.
-aquí esta bien, gracias
Ahora corre, solo son dos cuadras, ¡más rápido!¿Cuales son las escaleras en las que debe estar? Ok empecemos por aquí, maldita sea, aquí no esta, vamos a buscar del otro lado.
Ok, de regreso, quizás no vi bien.
-Ya! Chingados niños -pienso mientras paso junto a una huelga de niños de la edad de mi hermana que no se que piden pero andan viendo si las que pasan por ahí son bonitas y están dispuestas a darles su numero de teléfono. Me río. Debo admitir que para mi autoestima mal estructurada eso le sirve mucho, ademas me relaja un poco y entonces me detengo y busco enfocar mi lente con mayor claridad. Ahí voy, de nuevo.
¿Donde estas Nes? ¿Debo decirle así? Sino ¿Como?¿Que voy a sentir al verlo?
¡Diablos!

Ahí esta!
wow!wow!wow!
Aaaah!
Mariposas, siento mariposas en mi estomago, es genial.
Esta sentado justo enfrente de mi aproximadamente a 5 metros. Su cabeza descansa en sus manos que, a su vez, descansan en sus rodillas. Me mira y sonríe, juro que en este instante me siento perfecta, completa, infinita!
Ok Brenda, tranquila, ahí está piensa que decir, ¿que vamos a hacer?. Camino hacia él, ahora esos cuantos metros me parecen más, lo veo ahí y no se mueve, solo sonríe y creo que yo también, sigo caminando y cuando necesitamos los dos del mismo aire se levanta y nos fundimos en el abrazo que tanto esperaba.
Y descubro que me equivoque, hace unos segundos no era ni perfecta, ni completa ni infinita. Ahora si, estoy entre sus brazos.
No necesitamos decirnos absolutamente nada, nos soltamos por un instante después de un largo abrazo perfecto y nos miramos, en sus ojos se reflejan los míos, mis ojos solo ven los suyos. Nos abrazamos de nuevo, lo necesitábamos tanto, nos necesitábamos tanto y fue hasta este momento que entendí lo mucho que lo extrañaba, lo mucho que lo necesitaba.
Wow! ¿Y ahora que?
¿Ya sonreíste? Es como una historia de amor perfecta.
Él es genial, lo conozco de hace 4 años, y es estúpidamente perfecto,
podría contarte mil cosas de él para que te enamores,
pero lo único importante es que es perfecto,
que hace que me sienta perfecta,
que aún más de la atracción que nos hizo acercarnos
hay algo oculto que aun no se que es,
y que la verdad no me interesa averiguar.
Algo invisible que nos atrae
y nos separa
y nos vuelve a juntar.
Algo que goza cuando nos besamos,
cuando nos tomamos de la mano,
cuando nos perdemos,
cuando nos alejamos
porque sabe que pase lo que pase
nos adoramos.
-Te quiero putín
-Yo también
Nos tomamos de la mano y caminamos, nos detuvimos en la esquina. Llegó el momento de separarnos. Nos volvimos a abrazar, sellando la promesa de no volvernos a dejar. Espero que esta vez la magia nos dure un poco más. Nos separamos, nos miramos de nuevo a los ojos y antes de que el semáforo volviera a verde se fue, y de manera estúpida, me gustó verlo partir, o quizás no es estúpida porque sé que si se va no se está yendo del todo.
Entonces, después de mirarlo desaparecer tome mi rumbo, y caminé o mejor dicho brinque como caperucita roja repitiéndome a mi misma lo feliz que estaba siendo, lo feliz que estoy siendo.
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