SUCEDAS

Porque nos hemos follado tan poco en tantos años, pero ha ido más allá, es sagrado.

Porque puedo hacer lo que me pidas si me miras con esos ojos, que se ven negro profundo y queman de frío.

Porque cerrar los ojos ya no es correcto, necesito verte cuando me llenas de besos, recorrer tu cara con mi mirada y saber que es un hecho.

Porque tus manos grandes son la medida que necesito, que aprieta fuerte las mías, que alcanza para cubrir mi cara, que funciona recorriendo mi espalda, que perfecciona un andar lento.

Porque cada que te dejo algo me quema, me golpea desde dentro, me hace llorar, y exploto con lágrimas tibias que cubren mis mejillas y caen por mi pecho hasta hundirse en el ombligo que has besado un par de veces.

Y sé que no es correcto, ni justo, ni real.

Y me rompes sin saberlo.

Todas las veces que me he hecho la fuerte no te has dado cuenta, a pesar de conocerme tan bien, porque sé cómo ocultar las cosas que no quiero que sucedan.

No quiero que sucedas, quiero todo al final de los días.

Pero te quiero también hoy, en la cama fría que no te conoce pero te espera, en el sillón grande y verde para follarnos con palabras, en la cocina, detrás de la barra, mientras sirves mezcal en dos vasos.

Porque tu voz inunda la habitación roja, porque eres mis deseos, mis sueños, mis pensamientos, la melodía indicada, la única que despierta el alma.

Porque eres tú aunque no te llame por tu nombre, aunque no te llames cómo te pronuncio, aunque no sea yo Brenda sino una mezcla, te llevo dentro y,

no sé,

podría ser que te quiero.